Existen momentos en la vida de las personas que dan la sensación de que todo se nos ha ido de las manos. Percibimos que no estamos en control de lo que nos rodea y por tanto nuestra vida se ve vulnerable. Esta vulnerabilidad produce ansiedad en algunos casos, y esta ansiedad nos lleva al miedo y este miedo muchas veces nos paraliza. La otra reacción es salir corriendo.
La palabra crisis, en el griego, significa: decisión, juicio, yo decido. Y es lo que muchos tenemos que pasar para cambiar algo en nuestras vidas. Lo más probable es que en la vida tengamos que pasar por varios momentos de decisión, varios momentos de crisis.
Corriendo hacia el lugar correcto
Salir corriendo de la situación que nos agobia es una opción, pero hacia dónde? o hacia quién?
Jairo, una persona importante de la sinagoga en los tiempos de Jesús, estaba sufriendo una crisis. Su hija estaba muriendo. El relato, que vemos en Marcos 5:21-43, no nos dice que Jairo haya salido corriendo, pero si nos muestra que había tomado una decisión: la de acudir a Jesús con su mayor preocupación, la salvación de su hija.
Jesús, rodeado de mucha multitud, parece que no puede atender a Jairo. Imagino la desesperación de éste. El tiempo pasa y su decisión parece no haber tenido el efecto esperado.
Cristo es la respuesta
Al seguir leyendo el relato, vemos como Jesús oye lo que estaba sucediendo con la hija de Jairo se dirige a él diciendo «No temas, cree solamente.» (Mc. 5:36). Vemos al finalizar este relato que hace Juan, que Cristo es la respuesta a la decisión de Jairo. La niña es salva de la muerte.
En tiempos de crisis, Cristo tiene la respuesta.
Hoy estamos en crisis, y debemos decidir quedarnos en el temor o salir corriendo. Jesús, es la respuesta de Dios a nuestra crisis. Salgamos corriendo a Él.
Como lo hizo con Jairo, Dios, te escucha, Dios te ama, Dios hará conforme a su voluntad. Dios te atenderá siempre. Dios no te echara fuera. Dios te dice cada día «no temas» (Jn. 14:27).